Un niño aprenderá acerca de las situaciones cotidianas de la vida a partir de sus aciertos, pero sobre todo de sus errores. Es muy común que los niños, cuando encaran nuevas experiencias, tiendan a equivocarse con facilidad. Si esto ocurre, no le des importancia. Piensa que cuando tu hijo se equivoca está pasando por una etapa que es parte del aprendizaje. Además, si tiene alguna equivocación, es un buen momento para que le indiques la manera de hacer las cosas.
No lo retes ni te enfades cuando el niño incurra en un error. Trata de mostrarle el error con tacto y de la forma más delicada y amable posible, porque el objetivo principal no es que tu hijo sufra todavía más por haberse equivocado, sino que aprenda. Si le hablas con un tono dulce y amable le darás al niño confianza en si mismo y será un consejo de gran utilidad para la próxima vez. Pon especial atención en las acciones de tu hijo y háblale a los ojos cuando cometa el error. Dile, por ejemplo “Sería mejor que la próxima vez que quieras pintar un dibujo, pongas un mantel debajo de la mesa para evitar manchar la mesa con las acuarelas”.
Te dejamos un video para reflexionar sobre la educación que reciben tus hijos